El 1º de mayo se instituyó como Día Internacional del Trabajador en conmemoración de la sangrienta represión que sufrieran los obreros de la fábrica McCormick, durante varios días de abril y mayo de 1886, en la ciudad de Chicago.
San José Obrero, celebración litúrgica de la Iglesia Católica, establecida por Pío XII, en 1955, el 1 de mayo, coincidiendo así con el día que el mundo del trabajo ha fijado como su fiesta propia.
Dios nuestro Padre, creador y gobernante del universo, en cada época llamas al hombre a desarrollar y utilizar sus dones para el bien de los demás.
Con San José, como nuestro ejemplo y guía, ayúdanos a hacer el trabajo que nos has pedido y obtener las recompensas que nos has prometido.