Opinión previa y tenaz
por lo general desfavorable
acerca de algo que se conoce mal (R.A.E.)
Un informe que dio a conocer el Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores (Renatre) afirma que se detectó que el 83% de 15.000 trabajadores inspeccionados durante 2019 se encontraban en la informalidad, lo que no es lo mismo que decir un 83% de los trabajadores rurales trabaja en negro, como lo asegura muy suelta de cuerpo la Agencia Oficial de Noticias Télam y repiten sin mayor análisis medios de los cuatro puntos cardinales.
No conforme con eso, la agencia noticiosa ilustra arbitrariamente su nota con la fotografía de una plantación de tabaco, siendo como es el tabacalero uno de los más observantes del trabajo registrado, en razón de los convenios de corresponsabilidad, que la mismísima Organización Internacional del Trabajo destaca y pondera.
Esto fue suficiente para desencadenar una retahíla de agravios – como generalmente sucede en las redes sociales – descalificadores para la producción tabacalera.
Un caso emblemático es el del periodista Eduardo Feinmann, quien en Twitter cuenta con la friolera de 458.000 seguidores y no vaciló en exclamar “Esto es indignante. Además una industria que fabrica veneno…”, confundiendo a la industria del cigarrillo con la producción primaria de la que viven importantes sectores trabajadores de 7 provincias argentinas.
Justo es reconocer que a pedido nuestro publicó un vínculo con un artículo que reivindica el cumplimiento laboral y de previsión social de la actividad.
Para colaborar con quienes les interese conocer la realidad del sector, publicamos algunos vínculos de utilidad.
Con quienes no les interese y persistan en traficar con la moneda corriente del prejuicio, nada podemos hacer.