Una arraigada tradición

¿Qué celebran los tabacaleros
año a año, en su fiesta provincial?

Esteban Amat Lacroix

Con la de este 2019 ya han sido cincuenta y cuatro la ocasiones que hemos tenido los tabacaleros de celebrar esta buena costumbre que Tata Dios nos dio como vocación: la de producir y generar riqueza. Cincuenta y cuatro ocasiones de confraternizar y de disfrutar de la compañía de buenos e importantes amigos.

Una vez más compartieron nuestra mesa autoridades y legisladores, tanto nacionales como provinciales, acopiadores, proveedores, sindicalistas, dirigentes de otras actividades agropecuarias y políticos de variado signo, todos  bienvenidos a nuestra casa porque con todos compartimos la convicción de la trascendencia socio económica del cultivo, industrialización y comercialización del tabaco y la inexistencia de producción alguna que pudiera reemplazarlo en similares condiciones de ocupación laboral y aprovechamiento intensivo de las unidades de producción.

En Salta 1621 productores, 27.000 obreros rurales, 1.600 empleados en las plantas de procesamiento y otros 300 en las instituciones, dependen directamente de la actividad. Indirectamente lo hacen 20.000 personas vinculadas a los proveedores de bienes y servicios.  Son 50.521 que se suman a los miembros de sus familias, haciendo un total de 252.605 salteños, casi el 19% de la población provincial, ligados a la suerte de un cultivo no siempre comprendido en su trascendencia socio económica y no pocas veces perseguido.
Sumando todas las partes de la cadena productiva argentina, se concluye que un millón y medio de personas dependen directa o indirectamente de ella.

No puedo dejar de mencionar una situación que nos afecta a todos los eslabones de la cadena de valor del tabaco, como así también a las arcas fiscales.

El mercado ilícito es un problema de escala mundial. Globalmente, se estima que alrededor de 660 mil millones de cigarrillos son ilegales, ya sea por temas de contrabando, falsificación o evasión de impuestos. De acuerdo con estudios sobre el comercio ilegal de cigarrillos a nivel global, se estima que aproximadamente 480 mil millones de cigarrillos son ilegales, ya sea mediante la modalidad de contrabando, falsificaciones de estampilla y/o de marca o evasión impositiva. Esto representa hasta un 10.6% del consumo mundial.

La evasión fruto del contrabando, la falsificación y también de incomprensibles privilegios de no tributar que algunos jueces les han otorgado a fabricantes de dudosos antecedentes, nos perjudican sobremanera.

Es sabido que Dios aprieta, pero no ahorca.

Después de haber sufrido un 2018 con la incidencia de siniestralidad más alta en la historia de nuestro cultivo, en la última campaña las hectáreas afectadas al 100% de destrucción fueron sólo 1.948, con una proporción de siniestros del 10,21% sobre el total de las plantaciones, el más bajo de los últimos cinco años.

Obtuvimos así algo más de 32 millones de kilogramos de una superficie plantada de 19.032 hectáreas plantadas, con un grade índex del 80,51%. El rendimiento de 1.884 kilogramos por hectárea cosechada pudo ser sensiblemente superior de no haberse producido precipitaciones tan intensas, con el consecuente lavado que aliviana sensiblemente las hojas.

Como contracara, debimos conformarnos con un precio muy por debajo de lo deseable.

El incremento del 65% sobre grilla de la campaña anterior no se compadecía con la devaluación del 110%, pero la vuelta a las retenciones a las exportaciones, el 7% de caída en los precios internacionales y el incremento de los costes tanto de embalaje como de fletamento, sumado todo esto a algunos stocks pendientes de colocación, lo hicieron inevitable. Superarlo hubiese sido poner en juego nuestra competitividad internacional.

No podemos perder de vista la circunstancia de que por segunda vez consecutiva en el Brasil y por primera en nuestro país las acopiadoras no tuvieron un precio uniforme.  Finalmente logramos ponernos de acuerdo en las postrimerías de la campaña, en el mes de mayo, mientras que los brasileños cerraron su campaña sin lograrlo.

Es importante señalar que las principales acopiadoras se comprometieron a financiar los insumos de la próxima campaña y a no ejecutar deudas de los productores, salvo las de antigua data.

El valor referencial de $87,63 para la B1F, significó un precio de acopio promedio de $70,55. El marco general de la economía también suma dificultades. Las actividades sufren falta de financiamiento y son muy altas tasas de interés y elevada la presión fiscal.

En el último año el dólar tuvo una apreciación del orden del 116% y el mercado cambiario se mostró dentro de un marco de gran volatilidad.

La variación de precios de insumos, energía y combustibles promedió un 100% de incremento.

Podemos afirmar con realismo que mantener la producción de pie ha sido el mejor resultado posible.

Contamos para ello, como lo hemos señalado reiteradamente, con instituciones tan sólidas como eficaces para lograr que las dificultades, algunas externas y otras propias del sector, no culminen en fracasos y frustraciones. Con el Fondo Especial del Tabaco hemos continuado con la atención del 50% del monto de los consumos en las estufas de secado.

Nuestros asociados cuentan con una cobertura médico asistencial de muy buen nivel. El seguro por fallecimiento de nuestros obreros y empleados vigente alcanza los $68.750.

 Por séptimo año de vigencia el Convenio de Corresponsabilidad Gremial con la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) continuó asegurándonos el cumplimiento de nuestras obligaciones patronales.

Se proveyó de ropa de trabajo a 9.000 trabajadores, por quinto año consecutivo, mediante un convenio con el gobierno provincial y la confección a cargo de cooperativas textiles de Coronel Moldes y Guachipas.

En 13 años de vigencia del programa de estufas comunitarias, los servicios de secado beneficiaron a 722 productores, un 19,73% mayor al año anterior, que componen el 45% de total empadronado. La demanda de estufas comunitarias sigue creciendo en cada campaña, lo que nos llevó a construir 22 nuevas: 10 en La viña, 6 en Coronel Moldes, 2 en San Agustín, 2 en Rosario de Lerma y 2 en El Espinal. Los 19 tractores comunitarios alcanzaron a 518 asociados, un 32% del total.

Los recursos del Fondo Especial del Tabaco llegan con puntualidad y mucho tiene que ver con ello el cuidado que ponemos en su administración y en la escrupulosa y puntual rendición que hace nuestro equipo de profesionales y técnicos expertos en la materia. Es justo destacar y agradecer la comprensión y diligencia de los funcionarios del Programa de Reconversión de Áreas Tabacalera para con las necesidades de los productores.

La provisión de insumos a cosecha ha quedado asegurada por los principales acopiadores y por nuestras instituciones, incluidos los sistemas comunitarios de laboreo, lo que permite soslayar los altos costos de financiación.

Las compras de nuestra cooperativa superaron los 20 millones de kilogramos, el 63% del acopio local con un grade índex del 85,59% y entregó insumos a cosecha por un valor 21 millones de dólares.

Nuestra mutual, también entregó agroquímicos por valor de dos millones y medio de dólares a 841 productores. También 1.350 litros de gasoil, a otros 645, a razón de 241 litros por hectárea plantada. También le cupo la responsabilidad de compensar con $98.175 por hectárea afectada al 100% por granizadas.

En campaña 2018-19, 306 productores aseguraron sus estufas, 1.874 bulk curing y 601 convencionales en nuestra mutual de seguros. Esta disponibilidad de insumos y servicios sin costos financieros y a valores prácticamente al costo, son una gran ventaja comparativa, que se hace sentir sobre todo en situaciones de graves crisis.

Pero no todo ha sido capear temporales.

Los programas de responsabilidad social que tienen tanta significación se han convertido en un sólido soporte para nuestro prestigio como institución socialmente responsable, que trasciende las fronteras de la provincia y del país.

Con una consolidada articulación público privada, hemos establecido una fluida relación con empresas, instituciones y gobierno que optimiza nuestra capacidad de gestión.

De acuerdo con lo autorizado por el artículo 31 de la Ley Nacional 19.800 y mediante la ley provincial 8.125/19, el gobierno de Salta nos encomendó la administración y aplicación de los recursos del Fondo Especial del Tabaco.

La producción pasa así a administrar lo que le es propio.

Los productores tabacaleros salteños registrados en el FET cuentan ahora con un sistema de autogestión que les permite hacer consultas y gestiones on line.

También disponen de un servicio de mensajería instantánea mediante la aplicación WhatsApp, con el que reciben información sobre pagos, vencimientos, novedades tributarias y laborales y todo aquello que hace a la administración de sus explotaciones.

Una política de comunicaciones incisiva asegura nuestra presencia tanto en Internet, como en publicaciones con trascendencia nacional e internacional. Trascendencia que se refleja en la designación, con mandato a partir del 2020, de uno de nuestros directivos en la vicepresidencia de la ITGA International Tobacco Growers’ Association, de la que es bueno recordarlo, somos socios fundadores.

La campaña 2019/2020 ya ha comenzado, con los mismos bríos y esperanzas que sabemos comprometer año a año. Es muy importante señalar, hoy más que nunca, que el buen resultado de la próxima cosecha depende en gran medida de la sensatez de todos y cada uno de los productores salteños.

Es innegable el entorpecimiento de la demanda internacional y nuestra producción se exporta en un 80%. Son momentos de tener muy presente lo que siempre recomendamos al momento de planificar las plantaciones:  adecuarnos a los compromisos de compra reales y efectivos y considerar el adecuado equilibrio entre tierra, agua, instalaciones, herramientas y maquinarias y recursos financieros.

Aunque resulta aflictiva la situación económica por la que atraviesa nuestra patria y evidente la recesión imperante, tenemos fe en que podremos superarlas si los argentinos comprendemos la importancia del bien común y asumimos la necesidad de superar diferencias estériles y paralizantes.

Los tabacaleros estamos dispuestos a hacer nuestro aporte y como siempre lo hemos hecho, a dialogar con todos. Discutiendo cuando lo exija la defensa de nuestros legítimos intereses, pero siempre con respeto y disposición irrestricta a la concertación.

La producción está en pie, tal vez sin posibilidades inmediatas de crecer, pero con su continuidad asegurada. Nuestras organizaciones son sólidas, están saneadas y cuentan con una capacidad de organización y gestión que nos permiten contar con ventajas comparativas capaces de aliviar los efectos negativos en tiempo de crisis severas.

Como dice nuestro eslogan institucional:  contamos con la fortaleza de una gestión orientada al bien común.